– Los jóvenes garantizarán la continuidad del proceso revolucionario y la construcción de ese socialismo próspero y sostenible que para Cuba desean. No es mera consigna, sino el compromiso mayor que como generación asumen.
– Lograr que cada una de las casi 5 300 brigadas de la FEU tenga un proyecto de impacto social, comunitario, económico o medioambiental, una tarea concreta que desarrollar, es indispensable para que los jóvenes sean protagonistas de las transformaciones que vive el país.
– Desde las aulas se debe organizar, unir, ese es el pequeño colectivo en el que se construye el consenso, se consolidan las ideas y se logra la actuación consciente y organizada para obtener resultados prácticos.
– Son prioridades para todos continuar incentivando la investigación y su influencia con proyectos de impacto social en el país. Así las nuevas generaciones perfeccionan el socialismo, único sistema posible en Cuba; la docencia, el deporte y la cultura.
– Es imprescindible alcanzar una mayor autonomía en la gestión del conocimiento y perfeccionar el periodo de adiestramiento y ubicación laboral del graduado universitario.
– Los organismos y centros de trabajo deben darles mayor participación en la innovación y el desarrollo, bajo la guía de profesionales experimentados.
– Nada ni nadie podrá destruir los fuertes cimientos políticos acumulados en la centenaria lucha por conquistar y preservar la independencia de Cuba.
– Las generaciones de universitarios que les antecedieron encumbraron para la posteridad una unidad indisoluble.
– Este fue un Congreso histórico, el primero que se realiza sin la presencia física de Fidel, y donde se ha abierto una etapa del proceso revolucionario, en la que una nueva generación asume la dirección del país.
– En estos días se han evidenciado el talento, compromiso, responsabilidad y confianza en una Revolución que comenzó el 10 de octubre de 1868, hará pronto 150 años, y siempre ha involucrado activa y conscientemente a los jóvenes.