Sin celebraciones ni discursos apologéticos y llenos de mentiras podría ser este 10 de diciembre –Día de los Derechos Humanos– una jornada de luto vergonzoso para la administración estadounidense de Donald Trump, por sus flagrantes y continuadas violaciones de esos derechos.
Pero, ¡hay que oírlo!, a él y a su equipo de halcones, cuando acusan a otros gobiernos y países por «irrespetarlos».
Trump, Pompeo y el ya defenestrado John Bolton fueron capaces de componer una mentirosa historia, donde los violadores de los derechos humanos invariablemente son Cuba, Venezuela y Nicaragua. Mientras, Estados Unidos siempre aparece como el «gran guardián» de lo que pisotea todos los días.
Pobres de los que se «tragan» tantas falacias y se creen cuentos edulcorados en una sociedad que «alumbra» su desarrollo con la venta de armas para hacer guerras y matar; o construir muros para separar países; o sancionar a poblaciones enteras de otras naciones por el solo «delito» de no compartir una ideología racista, xenófoba, donde lo único que tiene valor es el dinero.
Debe denunciarse, cada día con mayor fuerza, para que todo el mundo lo sepa: en Estados Unidos no se cumple ninguno de los preceptos relacionados con los derechos humanos. Por el contrario, se violan como en ningún otro lugar.
Quizá por eso, y para que no le estallaran sus oídos ante tantas denuncias, el presidente Donald Trump sacó a su país, en junio de 2018, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Ese mismo año, en septiembre, el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton anunció que el gobierno de Trump no cooperaría con la Corte Penal Internacional (CPI) y amenazó con una serie de represalias en caso de que las investigaciones de la CPI implicasen a ciudadanos estadounidenses.
Pongamos solo diez ejemplos, sacados de informes y de grandes medios de prensa, que desnudan las miles de violaciones de todo tipo que realiza, apoya o encubre el Gobierno de Estados Unidos.
SOLO DIEZ EJEMPLOS
- Según la ONG Citizens Committee for Children, aproximadamente 32 000 niños menores de 18 años están confinados anualmente en cárceles de adultos. Alrededor de 1 300 personas tienen cadenas perpetuas sin libertad por delitos cometidos cuando aún eran niños o menores de 18 años.
- El diario Washington Post reportó que, hasta principios de octubre, la policía había disparado y matado a 876 personas. De los muertos, el 22 % eran afroamericanos. De las personas desarmadas asesinadas por la policía, el 39 % son afroamericanas.
- Las cárceles y prisiones estatales y federales del país continúan albergando a más de 2 millones de personas, mientras otros 4,5 millones estaban en libertad condicional o bajo fianza.
- Estados Unidos mantiene encarcelados sin cargos a 31 hombres por tiempo indefinido en la prisión de la ilegal base militar en Guantánamo, los cuales llevan allí 12 años o más.
- Según Human Rights, los asilos de ancianos en Estados Unidos administran medicamentos antisicóticos a los ancianos con demencia para controlar su comportamiento. Esta práctica abusiva sigue siendo generalizada y puede equivaler a un trato cruel, inhumano o degradante.
- En Estados Unidos, alrededor de 6,8 millones de personas con edades entre diez y 17 años no tienen garantizado el acceso a la alimentación.
- Uno de cada siete estadounidenses, es decir, al menos 45 millones de personas, viven en situación de pobreza, según Daily Mail.
- Más de 2 500 familias inmigrantes fueron separadas por la fuerza en la frontera de Estados Unidos con México, como parte del plan «Tolerancia cero» impuesto por Trump. Incluso, niños discapacitados son enjaulados, como ocurrió con una menor de diez años con síndrome de Down.
- De las 15 muertes más recientes de inmigrantes detenidos en la frontera con México, Human Rights Watch descubrió que ocho estaban relacionadas con una atención médica deficiente.
- Erick Altuve murió el 26 de mayo en Caracas a los 11 años. Es el cuarto menor fallecido en espera de un trasplante de médula que se le haría en Italia y que por el bloqueo de Estados Unidos al dinero de la petrolera venezolana PVDSA en bancos del exterior, no se pudo ejecutar.
No relaciono aquí otras violaciones por parte de los gobiernos estadounidenses, pero podrían aparecer los más de un millón de muertos, mutilados y heridos durante los bombardeos a Irak; los que en Siria han sido víctimas de los «daños colaterales» causados por la aviación estadounidense; los que corren igual riesgo en Afganistán; las mundialmente conocidas torturas en las cárceles que abrió el Pentágono en Abu Ghraib, Guantánamo, y otros «oscuros sitios» donde fueron llevados miles de «sospechosos» que eran detenidos por el solo hecho de tener fisonomía árabe.
Por todo esto y mucho más, vale recordar que el 10 de diciembre de 1948, cuando las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la humanidad de seguro pensó que luego de la II Guerra Mundial, un mundo donde se respetasen los fundamentales derechos de las personas aseguraría el objetivo mayor: la paz.
Pero la vida ha demostrado otra cosa y Estados Unidos es el máximo responsable de que no se cumpla ese anhelo.
