Este 26 de diciembre el escritor Alejo Carpentier cumpliría 111 años. La Fundación que lleva su nombre, como ya se ha hecho habitual en esta fecha, presenta para honrarlo en su onomástico un libro suyo. En esta ocasión ve la luz la edición especial de Visión de Venezuela, donde aparecen recogidos los artículos que publicara en la columna Letra y Solfa, de El Nacional, entre 1951 y 1959, junto a algunos trabajos que vieron la luz en ese mismo diario.
El libro, con sello editorial Monte Ávila Editores Latinoamericana CA, y de la Fundación Alejo Carpentier, está dirigido fundamentalmente al lector venezolano que podrá con su lectura apropiarse de una exquisita información sobre el acontecer cultural de su propio país en las casi dos décadas en que el autor permaneciera allí, a partir de 1945, al haber sido seleccionadas entre las crónicas aquellas que mejor reflejan el la vida de la nación sureña.
Resulta válido decir que si bien Carpentier recrea con la frescura y la plasticidad de su pluma la vida cultural y antropológica de Venezuela, no pierde ocasión para proyectar su visión integradora del continente y su condición de cubano genuino, desde un periodismo fecundo que resultó, en el tiempo de concepción, hermano de una creación literaria que publicó entonces y que recoge La música en Cuba, Los fugitivos, El reino de este mundo, Los pasos perdidos, Guerra del tiempo y El acoso.
Presentado por estos días en una de las sedes de la Fundación Alejo Carpentier —la que se ubica en el Centro Histórico de la ciudad— por la doctora Graziella Pogolotti, presidenta de la institución y autora del prólogo, el libro de 475 páginas, una cronología y un índice onomástico, mostrará a sus lectores los resortes pujantes de un escritor que sintió en carne propia los latidos latinoamericanos y, en aras de mostrar sus esencias, supo con creces definirlos.
Tras la presentación del texto, Pogolotti dio a conocer las distintas actividades que ya organiza la Fundación para el próximo año. Se espera la edición crítica de Concierto barroco, con sello editorial de Letras Cubanas (Biblioteca Carpentier), mientras se prepara una nueva selección de sus ensayos, concebida desde una perspectiva procesual que sigue las pautas de un pensamiento en desarrollo desde la etapa de la primera vanguardia del año 27 hasta casi el final de su vida.
La doctora recordó los ciclos de conferencia impartidos sobre los escritores olvidados de la república, y los pintores que también escribieron así como eventos internacionales que han tenido lugar en esta sede de La Habana Vieja, enclavada en el entorno que inspirara El siglo de las luces y que fuera desde los inicios de la Fundación el punto de radiación de lo que se llamó Centro Carpentier.
Se impartirán también cursos que detendrán su atención en los ámbitos económicos, culturales, políticos y sociales de esa etapa, y para recordar al novelista José Soler Puig en su centenario se ha previsto un programa de actividades que arrancará en noviembre del año próximo y que contempla un posgrado sobre el neobarroco, que tocará el entorno narrativo literario del autor de Bertillón 166.
La doctora recalcó que la Fundación Alejo Carpentier constituye una institución de servicio público, abierta a todo proyecto investigativo para lo cual está disponible toda la papelería del prominente autor, así como el apoyo y aliento de sus investigadores para cualquier empeño que persiga estudiar su obra.